ⓒ 2004 WATV

Los agricultores han sufrido tanto por la falta de obreros que encontrarlos es como buscar una aguja en un pajar. Ahora es la ocupada estación de la agricultura y la temporada de lluvias se acerca. Los agricultores están más ocupados. Para ayudar a los agricultores, cerca de 60 miembros de la Iglesia de Dios se ofrecieron como voluntarios para trabajar en los campos de Yangsan-myeon, Yeongdong-gun, en la provincia de Chungcheongbuk-do.

En una viña, 40 jóvenes cubrieron las uvas con papel para prevenir el daño de las plagas, y en los campos de ginseng, batata y sésamo, 20 miembros de los señores y señoras se deshicieron de la maleza. Estas obras habían sido postergadas por la falta de ayuda y preocuparon mucho a los agricultores. Pero gracias a la ayuda de los voluntarios de la Iglesia de Dios, se libraron de las preocupaciones.

ⓒ 2004 WATV

Particularmente Lee Wan-seop, que ha administrado una viña durante siete años, estaba en una situación difícil; su esposa fue hospitalizada debido a que desarrolló complicaciones después de una cirugía en la columna, y lo que es peor, no pudo encontrar obreros para hacer el trabajo de la viña y tuvo que dejar de administrar el campo durante un mes y medio. Cuando los jóvenes terminaron la obra de siete días en tan solo cinco horas, no pudo ocultar su alegría, sonriendo ampliamente. Dijo: “Mi hijo que lleva una ajetreada vida en la ciudad a veces viene y me ayuda, pero no es suficiente para terminar todo el trabajo. Por eso, lo que ustedes han hecho es una gran ayuda para mí, y mi hijo también quiere agradecerles”.

El jefe de la aldea, Kim Chan-man, también expresó su agradecimiento: “El año pasado ustedes también nos ayudaron a recoger los pimientos. No podemos expresar todo nuestro agradecimiento”.

Sudando, todos los voluntarios trabajaron alegremente y dijeron: “Estamos muy felices por ayudar a nuestro prójimo y por recibir las bendiciones de Dios”. Un joven dijo: “Pensaba que los árboles llevaban fruto espontáneamente, hasta hoy que vi a los agricultores criarlos como a niños. Ahora comprendo más el amor de Dios que cría a sus hijos con el corazón de un agricultor”. Y un voluntario que ayudó a cosechar diligentemente, dijo: “Estoy trabajando con mi esposa. Agradezco a Dios por darme la oportunidad de ayudar a mi prójimo necesitado”.

ⓒ 2004 WATV

El pastor Lee Wu-seop, que organizó este servicio voluntario, agradeció a Dios: “Recientemente estuvimos pendientes de nuestro prójimo que estaba sufriendo por las copiosas lluvias y escuchamos de las dificultades de los agricultores, por esto nos propusimos entregar el amor de Dios. Estamos muy agradecidos a Dios por permitirnos difundir su amor a nuestro prójimo”.

A pesar del clima húmedo y caluroso, los voluntarios sirvieron al prójimo con alegría. Este reportero espera que el pueblo de Sion de todo el mundo lleve frutos abundantemente con el mismo amor y sinceridad.